DESESPERADA ESPERA
A parte de las autoescuelas, existe otro colectivo que se ha visto notablemente perjudicado por la huelga llevada a cabo por los examinadores de tráfico. Ellos, entre ambigüedades y explicaciones que no correspondían a la realidad, se sienten en algunos casos engañados y en otros aburridos de esperar. Maider Saralegi y Celia Fernández, dos alumnos de diferentes autoescuelas y de 18 y 20 años de edad respectivamente, aportan sus testimonios acerca de la espera que han tenido que soportar.
La intención de una inmensa mayoría de los alumnos que acuden a una autoescuela con el objetivo de obtener el permiso de conducción es hacerlo con rapidez y con el menor gasto posible dentro de una concordia. No obstante, la paralización desencadenada por el paro de los examinadores ha provocado que una gran cantidad de aprendices que optan al preciado carnet se hayan convertido en víctimas inocentes, constituyendo su figura los coloquialmente apodados "daños a terceros".
"Llevo casi dos meses esperando y habré perdido en torno a 300€ por el retardo en los exámenes y la necesidad de seguir recibiendo clases con el paso del tiempo", aporta Saralegi. Ella, cuando acudía a pedir explicaciones a su centro de enseñanza, percibía la sensación de que "estaban igual de perdidos" que ella.
Celia, al contrario, no ha recibido claridad en las respuestas demandadas. "Me siento engañada, porque en ningún momento me han dicho que parara", expresa Fernández. La estudiante de medicina, un grado que exige un gran tiempo de estudio, aporta también que el conflicto le ha generado "incertidumbre y muchos quebraderos de cabeza".

Tanto Fernández como Saralegi acumulan entre 2 y 3 meses de paciencia para realizar su prueba práctica, ya que los paros no han afectado a los ejercicios teóricos. Ambas, conocedoras del entuerto en rasgos generales, claman en busca de una fecha que les será concedida en breve después de la vuelta a la actividad de los examinadores.
Aunque, como es lógico, ellas tan sólo representan una mínima parte de los afectados en este sentido. Miles de alumnos han perdido tiempo y dinero a la espera de poder ser evaluados. Por no hablar de las diferentes situaciones particulares que se han visto netamente perjudicadas por la imposibilidad de obtener un permiso necesario para trabajar.